La economía mexicana está transitando por un momento complejo. Por un lado, la inflación no desciende como se esperaba y esto obligó al Banco de México a endurecer más su postura monetaria, aumentando su tasa de interés a un mayor ritmo que en Estados Unidos. Por otro, la actividad productiva ha crecido mejor de lo esperado, con un PIB que creció 3.0% en 2022, además de que el mercado de vehículos y la industria manufacturera muestran un buen desempeño.
Sin embargo, las expectativas económicas para este año apuntan a una fuerte moderación de la economía, en condiciones en que la inflación podría descender hasta 5% al cierre del año, pero con una tasa de interés que se mantendrá elevada hasta el último trimestre. El ambiente político será cada vez más intenso, con elecciones en Coahuila y el Estado de México, además de las campañas para las elecciones presidenciales de 2024.
Mercado de vehículos: producción, exportaciones y ventas internas
La producción local de vehículos creció 2.4% anual en enero, moderando su ritmo con relación a los meses previos. Después de crecer 9.2% durante 2022, este segmento de la industria de vehículos crecería solamente 2.3% en este año, resintiendo los efectos de la desaceleración de la economía norteamericana.
De la producción local de vehículos, alrededor de 87% se destina hacia el mercado externo. Esto, en condiciones en que se moderan los costos de los insumos mundiales y se va resolviendo gradualmente la escasez de insumos que esta industria enfrentó durante 2021-2022. De esta manera, esta industria podría reportar un buen desempeño durante 2024, cuando Estados Unidos recupere un buen ritmo y la inflación y las tasas de interés mundiales tiendan a la baja.
En enero, la exportación de vehículos creció 9.9% anual, sosteniendo aún tasas aceptables. Sin embargo, pese al proceso de relocalización de las inversiones, este segmento podría crecer solamente 3.0% en este año, en línea con el bajo desempeño de las exportaciones totales del país.
Por su parte, la venta de vehículos en el mercado interno creció 20.1% anual en enero, estimándose que su ritmo de este año sea de 5.7%. Este año será complicado para esta industria. Sin embargo, sus perspectivas a mediano plazo son buenas.
Consumo e inversión se mantienen firmes
A nivel de los componentes de la oferta y demanda agregada, el consumo privado es el más importante, pesando más de 60% del Producto Interno Bruto (PIB). Aunque en los meses recientes se ve cierta moderación, a lo largo de 2022 su ritmo ha sido elevado, con una tasa de 4.1% anual en noviembre y promediando alrededor de 6.6% en ese año.
Es un buen ritmo, que le sigue al 8.3% de 2021 y a la caída de 10.9% de la crisis de 2020. Este segmento ya se recuperó por completo y se da en condiciones adversas en materia de inflación y tasas de interés.
Por su parte, la inversión fija creció 5.9% anual en noviembre, una tasa aún elevada y que habría significado un 5.5% durante todo el año 2022. Su ritmo ha sido mejor que el inicialmente previsto, siendo favorecido principalmente por el dinamismo de su segmento de maquinaria y equipo, mientras que las obras de construcción aún reportaron cierta caída. El ritmo de la inversión del año pasado superó ampliamente al del PIB, que creció 3.0%, una tasa aceptable.
Para este año, se verá una moderación de la inversión, pero esperamos un rebote para 2024 en adelante, favorecido por distintos factores: relocalización mundial de las inversiones, rebote de la economía norteamericana, reducción de la inflación y las tasas de interés, entre otros.
La inversión representa 20% del PIB y es indispensable que crezca a tasas más elevadas, de lo contrario, será difícil que la economía crezca en la medida deseada: alrededor de 4% al año.
Se modera ritmo del empleo privado
En la medida que la actividad económica local muestre señales de moderación, su impacto se verá reflejado sobre el empleo. En efecto, los trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) crecieron 3.5% anual en enero, su tasa más baja desde mayo de 2021.
Ante la debilidad del crecimiento de la economía, en este año se estarían generando solo 470 mil nuevos empleos en este segmento, estimándose casi 874 mil puestos para 2024.
Sector industrial creció 3.3% en 2022
Durante 2022, el sector industrial reportó un crecimiento de 3.3%, una tasa aceptable y algo mejor que las previsiones iniciales. Considerando la caída de 9.4% de 2020 y el rebote de 5.4% de 2021, el nivel de producción industrial de 2022 aún está por debajo de 2019, previo a la pandemia. Inclusive, el rezago es aún mayor si se compara contra su nivel histórico de 2018.
Al interior del sector industrial, lo más relevante ha sido el crecimiento de 5.2% de las manufacturas, segmento que pesa 56% del PIB industrial. En 2022, el nivel de producción logró su máximo histórico, apoyado por el repunte de algunas industrias importantes como la automotriz (9.4% en el año), así como la electrónica (16.7%).
En conjunto, ambas industrias representan 28% del PIB manufacturero. Por su parte, la industria alimentaria, que pesa 21% del PIB manufacturero y es la más importante, creció solamente 1.7% en 2022.
Expectativas económicas del sector privado
Según la encuesta de Citibanamex, los analistas del sector financiero esperan que la inflación de este año podría cerrar en 5.13%, ligeramente más alto que el 4.98% estimado hace un mes. Con los resultados de enero (7.91% anual), es probable que estas estimaciones se modifiquen al alza en la siguiente encuesta.
Aunque la inflación y las tasas de interés se han mantenido elevadas, el mercado interno aún ha mostrado un buen desempeño. El consumo privado ha seguido creciendo, favorecido por la generación de empleos, el incremento de los salarios reales y un ritmo aceptable del crédito al consumo.
Por su parte, las ventas al menudeo aún crecen a tasas considerables, mientras que las ventas de vehículos reportan una buena recuperación.
Al final, y en condiciones en que la economía mundial observará en este año una fuerte desaceleración, inducida por las altas tasas de interés. La buena noticia es que las cadenas de suministro se van normalizando gradualmente.