El reto logístico detrás de una tradición mexicana

Entre enero y septiembre de 2025, los robos de vehículos que transportaban productos de confitería, principalmente dulces y chocolates, representaron el 1.8% del total de robo de carga a nivel nacional

El Día de Muertos es mucho más que una tradición en México: es la época en que los hogares se llenan de color, con altares cubiertos de papel picado, flores de cempasúchil, pan de muerto y calaveritas de azúcar. Esta festividad tiene más componentes, que deben funcionar para que la celebración esté completa. Sin embargo, los transportistas y fabricantes de dulces se enfrentan anualmente al desafío que supone toda esa producción a su destino sin contratiempos. 

Desde mediados de octubre, los preparativos para el Día de Muertos intensifican la demanda de dulces y chocolates que decoran los altares y que se acostumbra dar a los niños. Con este incremento de la demanda, los riesgos en las carreteras crecen y los casos de robo suelen aumentar, justo cuando más necesario es el producto. 

De acuerdo con Overhaul, empresa mundial en gestión de riesgos en la cadena de suministro, entre enero y septiembre de 2025, los robos de vehículos que transportaban productos de confitería, principalmente dulces y chocolates, representaron el 1.8% del total de robo de carga a nivel nacional, un porcentaje que, aunque pequeño, evidencia la vulnerabilidad del sector frente a los delincuentes, especialmente en temporada alta.

La mayor parte de los asaltos se producen en la zona centro y occidente del país, regiones que concentran el 71% de los incidentes registrados. Estados como el Estado de México, Puebla, Guanajuato y Jalisco figuran entre los más afectados, esto debido a su ubicación estratégica y a que concentran una gran parte de la red logística que conecta las plantas de producción con los centros de distribución.

Sobre las modalidades empleadas por los delincuentes, el robo en movimiento (cuando la unidad está circulando) sigue siendo frecuente (71%). El horario más peligroso para los transportistas es en la noche, entre las 18:00 y las 23:00 horas, periodo que coincide con recorridos de regreso y descansos en paradores.

Según los reportes analizados, la tendencia es que los robos son perpetrados de manera organizada y planeada; los criminales aprovechan los picos de demanda y estudian los patrones logísticos para atacar justo cuando la cadena es más frágil. El impacto trasciende lo económico: cada unidad robada representa no solo pérdida para la empresa transportista y fabricante, sino también una amenaza para la continuidad de la oferta en el mercado en fechas culturalmente esenciales.

El fenómeno del robo de carga de dulces y chocolates en 2025 es, sin duda, una llamada de atención para reforzar las medidas preventivas y proteger un segmento que forma parte de la cultura y la vida cotidiana del país. 

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