
CIAL Dun & Bradstreet, empresa en soluciones y análisis avanzado de datos, presenta la información más relevante sobre las dinámicas económicas de México y la región, en una nueva edición de su monitor económico CIAL Insights.
En un contexto de tensiones comerciales crecientes, Estados Unidos anunció una nueva prórroga de 90 días a los aranceles que previamente había propuesto aplicar a productos provenientes de México. Esta medida, acordada el 31 de julio, evita la entrada en vigor de un arancel del 30% que habría comenzado el 1 de agosto. Sin embargo, se mantienen tarifas del 25% para vehículos que no cumplen con los criterios del T-MEC, así como del 50% para productos de acero, aluminio y cobre.
El acuerdo entre ambos países se da en medio de una serie de decisiones unilaterales tomadas por Estados Unidos durante los últimos días de julio, incluyendo nuevos acuerdos arancelarios con Japón, Indonesia y la Unión Europea, así como sanciones del 50% a Brasil y un aumento del arancel para Canadá, del 25% al 35%. Aunque la nueva pausa con México representa un alivio temporal, también prolonga el ambiente de incertidumbre, el cual podría extenderse hasta la primera mitad de 2026, año en que se prevé una revisión integral del T-MEC.
A pesar de este entorno, la economía mexicana ha mostrado una capacidad de resiliencia mayor a la anticipada. En el segundo trimestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 1.2% en términos anuales, impulsado principalmente por el sector de servicios (+1.7%) y una expansión destacada de la actividad primaria (+4.5%). Este desempeño contrasta con la expectativa del mercado, que proyectaba una ligera contracción de -0.1% anual para este periodo.
Por su parte, las exportaciones no sólo no se han visto afectadas por las nuevas condiciones arancelarias, sino que reportaron un crecimiento notable. En junio, las ventas al exterior alcanzaron los 54,002 millones de dólares, un alza de 10.6% respecto al mismo mes del año anterior. Destaca el repunte de las exportaciones manufactureras, que representan más del 90% del total nacional y crecieron 13.5% anual. Esta dinámica ha contribuido a una reducción significativa del déficit comercial, que pasó de 18,541 millones de dólares en 2024 a solo 6,193 millones al cierre de junio de este año.
En contraste, las importaciones han mostrado un menor dinamismo, con un crecimiento de apenas 0.2% en el primer semestre, reflejo de la desaceleración económica interna y una caída sostenida en la inversión fija. Las importaciones de bienes de capital, esenciales para el desarrollo productivo, han acumulado seis meses consecutivos a la baja.
El comportamiento del crédito también refleja una tendencia de moderación. En junio, el crédito bancario creció 4.1% real anual, con desaceleraciones marcadas en el segmento comercial. Aun así, la cartera vencida se mantiene controlada, en torno al 2.0%, sin representar un riesgo para la estabilidad del sistema financiero.
En el ámbito internacional, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió mantener sin cambios su tasa de interés de referencia, en un rango de 4.25% a 4.50%, a pesar de las presiones políticas para iniciar un ciclo de recortes. La decisión responde al crecimiento del PIB estadounidense en el segundo trimestre (+2.0%), una inflación de 2.7% y un mercado laboral aún sólido.
En este contexto complejo, México mantiene su estabilidad macroeconómica, aunque los próximos meses seguirán marcados por la cautela y la expectativa. La revisión del T-MEC en 2026 será clave para consolidar o redefinir las condiciones comerciales entre los países de América del Norte.