La economía circular está vinculada al desarrollo económico paralelo al aprovechamiento de los recursos naturales, a través de nuevos modelos de negocio y optimización en procesos de fabricación con menor dependencia de materias primas vírgenes, priorizando insumos más duraderos, reciclables y renovables.
Esta es una nueva forma de pensar sobre nuestro futuro y cómo nos relacionamos con el planeta, disociando la prosperidad económica y el bienestar humano del consumo incontrolado de recursos naturales y el impacto ambiental desenfrenado. Para ello, los materiales circulan al máximo de su valor en sistemas industriales y logísticos integrados y regenerativos.
La tendencia a pagar por el uso temporal de artículos, en lugar de comprarlos para uno mismo, está ganando terreno. Un ejemplo de ello proviene de la logística relacionada con el movimiento de pallets (tarimas), instrumentos fundamentales para el transporte de carga de todos los sectores de bienes de consumo. La economía circular tiene como objetivo transformar el concepto de lo que entendemos como “basura”, estimulando la reutilización de materiales, como los pallets, en flujos cíclicos.
Dentro de esta propuesta, el producto en lugar de desecharse continúa en el ciclo de suministro, preservando y transmitiendo su valor. Y su destino final ya no es un tema que abarque solo la gestión de residuos, sino que se convierte en parte de un proceso de diseño de productos y sistemas que se han desarrollado, desde su concepción, con el pensamiento de cómo mantener el valor de los recursos empleados allí. Cabe mencionar un ejemplo muy común de la posibilidad de aplicar la economía circular: la reutilización del plástico que, como todos sabemos, tarda cientos de años en descomponerse.
El movimiento de pallets y contenedores, producidos en plástico reciclable o madera reforestada, es uno de los elementos clave en los procesos logísticos, por lo tanto, debe considerarse en el contexto de la efectividad de toda la cadena de suministro. Estos son una parte integral de los procesos de transporte. Por lo tanto, el comercio de tarimas y contenedores se refiere a cómo gestionar a los transportistas, la mayoría de las veces en el modelo de compra o mediante el uso de un sistema llamado pooling. Este método, en contraste con el de compra, está ganando popularidad porque es un sistema cerrado de comercio de productos entre proveedores conocidos sin la necesidad de comprar materiales, preocupaciones sobre burocracias logísticas y menos emisiones de carbono. Esto es el ciclo de la economía circular.
Es decir, el momento en que los pallets y contenedores están desocupados se recolectan y rehabilitan para que vuelvan al circuito, cuando se reparan es clave mantener el uso de madera proveniente de bosques reforestados o sustentables. Entonces la aproximación con empresas asociadas y distribuidores es esencial. Nuestros modelos de negocio no solo promueven la conciencia y un mayor compromiso con la economía circular, sino que también ofrecen soluciones más eficientes.
Por ello, contar con acciones colaborativas en la industria del retail, entre distribuidores, empresas, productores y empresas logísticas es indispensable. Esto se debe a que la logística sostenible depende de la voluntad de estos actores de integrarse en el sistema cerrado de entrega y devolución de artículos como tarimas y contenedores. Como ejemplo de esta asociación en la cadena, que implica un enfoque proactivo, en CHEP colaboramos con 26,500 clientes de los sectores de bienes de consumo de rápido movimiento, productos frescos, bebidas, tiendas minoristas y fabricación en general; uno de los programas que implementamos con ellos es la entrega de Certificados de sustentabilidad, reconocimiento por el ahorro de emisiones de CO2, residuos, agua y dm3 de madera generados anualmente.
En tiempos difíciles como estos, la clave para lograr una cadena de suministro verdaderamente regenerativa es la integración. Al estandarizar las plataformas y trabajar con todos los involucrados en la cadena de negocios, incluidos proveedores, socios y clientes, es posible eliminar barreras y mejorar la agilidad, avanzando aún más hacia objetivos socioambientales globales. También es importante el papel educativo de las empresas, difundiendo conceptos de economía circular en el mercado, aumentando el potencial de su adopción. Por lo tanto, es esencial que sigamos poniendo la sustentabilidad en la agenda para generar valor a la industria mientras protegemos el planeta.